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¿Realmente vives por ti mismo?

¿Cuántas veces hemos escuchado el mensaje de nuestros ancestros y de nuestros superiores? ¿Cuántas veces tomamos a mal lo que nos dicen nuestros mayores? Constantemente sentimos que por la edad o la experiencia, nuestros criterios están moralmente encima de los viejos, de aquellos que creemos obsoletos y con ello, asumimos tener la razón en todos nuestros momentos, sin embargo descartamos con ello, que la transformación que vivimos día con día, tiene que ver con quienes nos construyeron. Nadie puede ser una Azada si no logra entender, que viene de la mano de un herrero y que por ello, ya debe de tomar decisiones individuales, basadas en la experiencia transmitida. 

Ifá habla de distinguir entre conocimiento, sabiduría y experiencia, el conocimiento se basa en lo que aprendemos por observación, la sabiduría es la asimilación del conocimiento para no repetir errores y la experiencia es lo que vivimos con otros, es ella la que nos construye, buscando ser y pertenecer al otro. El dejar de lado la experiencia (propia y adquirida por relatos), es negar el valor que tienen los que nos construyen día a día, aún cuando ya no están. 


Ifá nos dice que el valorar la experiencia, nos ayudará a darle sentido al conocimiento y la sabiduría, para lograr la permanencia, la riqueza y el bienestar, libre de frustraciones, por que mucho de ello, viene de querer medir a todos, como si todos fueran cuchillo, azada, hoz o machete, cuando en realidad nos rodeamos de pedazos de hierro, que siendo diferentes, venimos de la misma forja y de la misma fragua. 


Ifá menciona que quienes tomen la decisión de abandonar la obstinación, lograrán reconocer de que están hechos realmente y comprender las malas decisiones que han tomado, para dejar de persistir en ellas. 

Ifá aclara también, que los sacrificios por sí mismos no confieren bienestar, es el proceso de transformación que cada individuo tiene, el que hace efectivo el sacrificio. 


Ifá indica también, que antes de objetar al otro, increparlo o denostarlo, es importante saber si tenemos las condiciones y herramientas para emitir juicios que pueden vulnerar a los demás. Aunque todos seamos del mismo material, hemos pasado por diversas transformaciones y ello nos define como personas, pero es la colectividad, el buen juicio y la capacidad de mirar al otro, lo que nos da valor como personas y nos coloca en una posición real en la vida, una en donde no puede movernos ningún viento. 


La transformación es indispensable, a veces duele, a veces cuesta trabajo asimilarla, pero valorando nuestro conocimiento, sabiduría y experiencia, bajo los preceptos de Isese L’agba, será provechoso. 

Descarga el Itadogun de Egbe Inmolorogun, si deseas hacer sacrificio, comunícate con tu Babalawo o Iyaonifa para su elaboración.



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